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lunes, 11 de noviembre de 2013

Navidades en Amsterdam con niños




Es cierto que, si pensamos en Amsterdam como destino turístico, solemos imaginar una ciudad sólo para adultos cuando la verdad es que también es un destino familiar muy interesante.

Ya nada más aterrizar en el centro de la ciudad, los más pequeños se sorprenderán con la propia configuración de la ciudad: sus típicas casas, sus canales, la cantidad de bicicletas que hay por todas partes, el ambiente tan festivo, divertido y tolerante que se respira en la ciudad….todo eso, creo que les predispone a disfrutar al máximo de la ciudad.


Nosotros visitamos Amsterdam junto con los abuelos y los tíos para celebrar  la pasada Nav
idad y, celebrar el reencuentro con uno de ellos que había estado varios meses viviendo en Islandia así que, a los habituales atractivos de la ciudad se añadió la celebración de una original Navidad fuera de casa, disfrutando de costumbres totalmente diferentes a las nuestras y de una gastronomía estupenda.

Así que, si  estáis pensando en visitarla con niños, os dejo unas cuantas ideas por si os sirven de inspiración:



1.- Visitar el Museo de Ana Frank (www.annefrank.org). En principio, este Museo está pensado para niños a partir de 7 años pero yo llevé a mi mayor que aún no había cumplido 6 años y estuvo muy interesado en la visita. Evidentemente, si los niños son pequeños, los padres debemos explicarles algunas cuestiones sobre el nazismo y las implicaciones que tuvo para la vida de miles de personas para  que puedan hacerse una idea de porqué están visitando esa casa.


Eso sí, en el recorrido se proyectaba un documental sobre el nazismo y Anna Frank y, por el contenido tan duro, no me pareció  conveniente que el peque lo viera...cuando sea algo mayor, repetiremos y sí podrá verlo.


2.- Hacer un crucero por los canales. Es una opción excelente para que peques y mayores conozcan la ciudad desde unas perspectiva diferente y de un modo descansado.


Nosotros aprovechamos después de comer para hacer un crucero porque así de paso descansamos de la ajetreada mañana que habíamos pasado. A los niños les encantó aunque, al ser en inglés no llegaron a enterarse del todo bien aunque su padre y yo íbamos traduciendo algunas cosillas.


Lo que sí les gustó fue pasar por debajo de los numerosos puentes y ver las casas flotantes porque el mayor alucinó cuando se enteró de que allí vivía gente.


3.- Hacer un alto en la Plaza Dam. Sin duda, es la plaza más importante de Amsterdam y allí los peques quedaron impresionados con el imponente árbol de navidad que lo adornaba; además de eso, pudieron correr a su antojo, ver las múltiples bicicletas que están aparcadas o dar de comer a alguna de las muchas las palomas que pululan por allí gracias a la generosidad de otra familia que compartió con los peques un pan.


4.- Visitar un molino de viento. De los ocho molinos que hay en Amsterdam, solo uno puede visitarse por dentro y es el Molen van Stolen (Molino de Stolen). 



5.- Visitar el mercado flotante de las flores o Bloemenmarkt. Estaba justo al lado de la casa en la que nos alojamos y fuimos varias veces para visitarlo. A los peques les sorprendió el colorido y la variedad de tulipanes y flores que había en los puestos…de hecho, nos trajimos algunos bulbos para plantarlos en casa pero no han llegado a cuajar y quiero pensar que es por la diferencia de clima y no por mis manazas en la jardinería.

6.- Pasear por el Vondelpark. Es el parque más grande de Amsterdam y, sin duda, merece la pena perderse dando un buen paseo por él. Cuando estuvimos nosotros vimos algunos animales que hicieron las delicias de los más pequeños y a mí me encantó el ambiente que se respiraba en el parque…tendré que volver para ver cómo se está en verano.


La verdad es que fue un viaje estupendo del que nos llevamos grandes recuerdos y experiencias y, como se nos han quedado algunas cosas en el tintero, estamos deseando repetir.

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