Nuestras últimas vacaciones de verano las hemos pasado en Tenerife y, después de la experiencia, creo que es uno de los mejores destinos para viajar en familia y da igual lo pequeños que puedan ser los niños.
Además casi todos los hoteles y restaurantes están preparados para recibir a los pequeños turistas y la gran mayoría de restaurantes cuentan con tronas y muchos de ellos con materiales para que los niños se entretengan durante la comida.
Evidentemente, estando en Tenerife en agosto no puede faltar la playa que hay muchas y muy buenas;este viaje hemos estado en Costa Adeje, concretamente en Las Américas y la verdad es que la playa en sí es fabulosa.
¿Pero qué más ofrece Tenerife para pasar unas vacaciones inolvidables en familia?
1.- Visita al Loro Parque, está en Santa Cruz de Tenerife y es el zoo más famoso de Tenerife. La excusa perfecta es ir con los niños pero la verdad es que es un plan perfecto también para los mayores...cientos de animales en el recinto, divertidísimos shows de delfines, orcas y leones marinos...los niños alucinaron pero nosotros estuvimos permanentemente con la boca abierta.
¿Qué más ofrece Loro Parque? Un fantástico pingüinario, un acuario fantástico con rayas y tiburones, muchos loros (obviamente, el nombre quiere decir algo). Para mí, lo mejor de todo fue la visita a la familia de gorilas...es impresionante ver lo parecidos que podemos llegar a ser pero además, es que tuvimos la gran suerte de ver a una mamá cargando con sus hijos y a otra amamantando a un chiquitín. ¡Toda una experiencia para el mayor!
Fue tan intensa la experiencia que la peque, que aún no había cumplido los dos años, aguantó abierta durante casi toda la visita y cuando se durmió era porque ya no podía con su cuerpo. Desde luego, es una experiencia más que recomendable y el dinero de la entrada se amortiza sobradamente.
La peque agotada en el Teide |
2.- Subida al Teide. ¡Sí se puede subir con niños! Igual no hacéis todo el recorrido señalizado -a nosotros nos fue imposible porque la pequeña estaba algo incómoda y acabó durmiéndose en brazos- pero la experiencia de subir por el teleférico y ser conscientes de que estás en un volcán es simplemente impresionante.
Eso sí, tened en cuenta que en temporada alta se forman dos colas tremendas: una para comprar las entradas, en la que pocas sombras hay, y otra para subir al teleférico. Así que, si os queréis ahorrar una de las colas, podéis comprar anticipadamente las entradas en el hotel donde os alojéis; nosotros lo hicimos así y sólo tuvimos que hacer la cola del teleférico, propiamente dicha, que sólo fue una media horas aproximadamente.
También tened en cuenta que no está recomendada la subida a personas que tengan problemas de movilidad, problemas de corazón o respiratorios.
La costa de Masca...donde nos estuvimos bañando |
3.- Excursión para avistar delfines y calderones. Sencillamente imprescindible y una experiencia única para todos.
Nosotros tuvimos mucha suerte porque vimos un grupo bastante numeroso de delfines y otro de ballenas piloto (calderones); en este último había también una madre con su cría y fue impresionante.
Hay muchísimas empresas que se dedican a hacer este tipo de travesías por lo que la oferta es enorme y la diferencia de precio también, en función del número de personas que viajen a bordo.
Nosotros elegimos una travesía que duraba unas tres horas aproximadamente y que tenía incluida la bebida y la comida. En la hora de la comida además, el barco fondeaba cerca de la costa de Los Gigantes, que es una maravilla, y quien quería podía bañarse en mar abierto. El mayor, que se apunta a todo lo que le sale al paso, dijo que él quería bañarse en el mar y le encantó la experiencia de tener bancos de peces a unos centímetros. La seguridad también fue muy buena porque aunque él sabe nadar y se maneja bien, como solo tiene 6 años, le recomendaron ponerse un chaleco salvavidas y, la verdad, fue muy relajante no tener que estar pendiente de que el chico se cansara de nadar.
4.- Visitar Icod de los Vinos y el famoso Drago milenario. Nosotros fuimos a Icod de los Vinos expresamente para ver el Drago milenario, que no tiene mil años sino ochocientos. Desde luego no es comparable a ninguna de las excursiones que os he propuesto antes porque la verdad es que lo único relevante de Icod es el drago y para verlo hay que pagar la entrada al parque (4 euros por persona, que me pareció excesivo); el sitio en sí es curioso pero pensad si os merece la pena el desembolso económico.
¿Qué otras actividades proponéis?
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